La Psicología Ambiental

 

Podemos entender a la Psicología Ambiental como una disciplina que estudia las relaciones recíprocas entre la conducta del ser humano y el ambiente socio-físico, ya sea éste natural o creado por el hombre. Se caracteriza por la importancia que se les atribuyen a los procesos de adaptación, interesándose en los distintos procesos psicológicos mediante los cuales las personas se adaptan a las complejas exigencias del ambiente físico (Baldi y García, 2005).

Se pone énfasis en las formas positivas y adaptativas usadas por las personas para enfrentar el ambiente. Se estudian las formas activas, variadas y creativas que las personas han aprendido para poder vivir en determinados ambientes, tratando de analizar la conducta en los escenarios en donde tiene lugar: habitaciones, edificios, despachos, hospitales, clases, calles, ascensores, medios de transportes, parques, espacios naturales o cualquier otro lugar que ocupen (Baldi y García, 2005).



La psicología ambiental surge en la segunda mitad del siglo XX en un momento en el que se produce una doble dislocación en la manera de entender nuestra relación  con  el  entorno  construido.  Así,  desde  la  arquitectura  empieza  a cristalizar la idea de que, más allá de técnica y estética, hay que empezar a poner en el foco al habitante, a la ciudadanía, al usuario y su manera de entender el espacio (Pertegás, et al., 2021).

En este contexto, la psicología ambiental surge en la segunda mitad del siglo XX como respuesta de la psicología, y especialmente de la psicología social, a los retos planteados por la arquitectura y el urbanismo a la hora de repensar el espacio construido, hasta el punto de que en sus inicios fue llamada “psicología de la arquitectura

la psicología ambiental encuentra su  razón  de  ser  a partir  de  dos  ideas  tan  simples  en  su  formulación  como potentes en sus consecuencias:

 a) el ser humano es un ser social: las personas necesitan de la interacción con sus semejantes para desarrollarse como individuos y como sociedad, y los productos más genuinamente humanos como la escritura, las teorías científicas, las ciudades, que son el resultado de  la  actividad  social. 

b) el  ser humano  está  siempre  ubicado, es decir,  las personas  estamos en  estado  permanente  frente  a  las  múltiples  variables  que  definen  nuestro entorno.   Incluso   cuando   dormimos   estamos   interactuando   con   factores térmicos,  sónicos,  olfativos  o  cenestésicos. Así pues, la experiencia psicológica de nuestro entorno está nutrida de una red compleja de aspectos psicológicos, ambientales y sociales (Pertegás, et al., 2021)

Referencias:

Baldi, G., & García, E. (2005). Calidad de Vida y Medio Ambiente. La psicología ambiental. Universidades. México.

Pertegás, S., Aguilar-Luzón, M., y Lagares, L. (2021). Algunos apuntes acerca de la Psicología Ambiental. REVISTARQUIS10(2), 5-22.

 

 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Rubén Ardilla y sus aportes a la psicología Latinoamericana

Psicología Del Marketing